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jueves, 29 de noviembre de 2012

Capítulo 6

"...una noche sin luna".
 Apenas restaban veintiocho días para poder comprobar hasta que punto era cierta la profecía, aunque a estas alturas era absurdo no creer en ella. Tal como Mireya había dicho todo se estaba cumpliendo paso a paso. Debía encontrar a Mess antes de dieciséis días, el plan acordado para vencer requería de doce días.
La cabeza del rey era un hervidero de  preguntas ¿dónde? ¿cuándo? ¿cómo? ¿por qué? Eran demasiadas.
Se encontraba en la plataforma de almenas de la más alta de las doce torres que conformaban el enorme castillo. Miraba al cielo pensativo. La luna estaba creciente y presidía un hermoso cielo despejado iluminado por miles de estrellas.
Estaba sumergido en sus pensamientos cuando la puerta se abrió lentamente. Mireya, tan bella como siempre, entró con su gracia natural envuelta en su capa negra.
-Fabian deberíais dormir.- dijo melosa mientras acariciaba la nuca del rey, que había girado de nuevo su cabeza hacía el paisaje que se extendía a sus pies.
Fabian se estremeció y disfrutó de aquella muestra de cariño.
El rey rodeó la cintura de la dama con el brazo y la atrajo hasta dejarla a su altura. Acarició su mejilla con la mano que le quedaba libre y la besó. Cuando se separaron los dos sonreían y se miraban como dos adolescentes enamorados.

 Kora se despertó de nuevo por una pesadilla, estaba asustada más pronto se dio cuenta de que no había ningún peligro. Se encontraba en brazos de Neit, en el mismo claro donde habían decidido acampar.
-Tranquila princesa, ha sido una pesadilla, solo eso.- Neit estaba allí, con ella. Kora intentó calmar su respiración agitada. Él la abrazaba por detras y depositaba pequeños besos en su hombro. Era tan adorable...
-Lo siento, te he despertado.- dijo ella con una tímida sonrisa de disculpa.
-No es culpa tuya, además estaba despierto.- contestó tan amable como siempre.- Aún quedan unas horas para el amanecer, sigue durmiendo renacuaja.
Kora no pudo dejar escapar una carcajada, desde que conoció a Neit y este se enteró de que era dos semanas mayor la llamaba así. No se lo había vuelto a decir desde que se separaron.
Neit se volvió a tumbar sin dejar de abrazar a Kora por lo que la arrastró con él. Ella se acomodó en su pecho, la tranquilizaba el ritmo acompasado de su corazón, la calidez de sus brazos, la manera en que le acariciaba el pelo. Debía dejar de pensar así, lo sabía, pero simplemente no quería hacerlo.
Cuando volvió a despertar se llevó un susto de muerte, Neit no estaba a su lado y después de tanta pesadilla solo se le ocurría pensar que le hubiera pasado algo malo.
-Buenos días, princesa.- escuchar su voz le quitó un gran peso de encima, lo encontró de pie frente a ella ofreciéndole la mano para ayudarla a levantarse.
-Aclárate, ¿princesa o renacuaja?- dijo burlona mientras agarraba la mano que este le tendía.
-Pensé que seguías siendo mi princesa y no debía tomarme confianzas.-contestó Neit sagaz haciendo alusión a la conversación que mantuvieron el primer día de su aventura.
Kora sonrió.
-Creo que a estás alturas hay más que confianza.
-Te tomo la palabra, renacuaja.
Kora sonrió de nuevo y subió al caballo que Neit se había tomado la molestia de preparar. El muchacho montó tras ella y rodeó su cintura. Emprendieron de nuevo  el camino, llegarían a Norruat antes de que cayera la noche.

Habían decidido hacer un alto en el camino al lado de un pequeño lago que encontraron en medio del bosque. Mess necesitaba tomar un baño así que Gresh se alejó para dejarle intimidad.
Mess se sentía genial en el agua, podía pasar horas y horas dentro de ella. Volvió a sumergirse una vez más, la última se dijo. Abrió los ojos y apreció el fondo del lago, las algas, los peces, los insectos parecían llevar la vida apacible que ella hubiera deseado. Sonrió y batió la cola impulsándose hacia adelante. Era una preciosa cola de escamas plateadas. Le salía desde debajo del ombligo y ocupaba el espacio donde deberían estar sus piernas.
En su cuello, por debajo de las orejas dos branquias, una a cada lado, le permitían respirar. Su pelo ondeaba a su alrededor. Hizo una voltereta hacia atrás arqueando su torso desnudo y volvió a salir a la superficie.
De un impulso con su cola salió y quedó sentada en la pequeña pasarela de madera que llegaba hasta el agua. Puso su mano donde antes estuvieron su piernas y estas volvieron a aparecer. Ahora que lo pensaba, quizás la habían capturado porque conocían su secreto. Pero...no, era imposible. Se lió en la manta para secarse y se vistió de nuevo. Más alegre y relajada se adentro en el bosque en busca de su nuevo compañero.
Lo encontró no muy lejos. Estaba en un claro, en el centro había una hoguera bastante reciente y Gresh inspeccionaba unas huellas de caballo, frescas también.
-Estamos cerca, los alcanzaremos pronto.- dijo girando sobre sus talones con una enigmática sonrisa en el rostro.

1 comentario:

  1. espero que el capítulo 7 ya esté en marcha porque estoy deseanditooooooooo

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